La Exposición Universal de Sevilla 1992,
conocida popularmente como "Expo'92" o "la Expo", tuvo una
duración de seis meses, inició su andadura con el primer AVE, el
20 de abril y finalizó el 12 de octubre. No fueron estos los
únicos acontecimientos importantes de ese año, en el que también
se celebraron los Juegos Olímpicos de Barcelona, la Capital
Cultural en Madrid y se firmó el Tratado de Maastricht. Aunque
la Expo92 tiene una mayor trascendencia desde el punto de vista
ferroviario.
La celebración de la Exposición Universal de 1992 significó para
Andalucía, y especialmente para Sevilla el desarrollo y la
consolidación de sus infraestructuras. Las inversiones en
dotaciones infraestructurales supusieron un importante impacto
urbanístico, cultural y económico que permitió la transformación
estructural de la Comunidad de Andalucía.
El programa de inversiones en Ferrocarriles que se había
establecido en el Plan de Transporte Ferroviario (PTF) de 1987,
superó los 500.000 millones de pesetas. Se centraba en la
construcción el Nuevo Acceso Ferroviario a Andalucía, en la
remodelación de la línea Sevilla-Costa del Sol y en la
remodelación de la red arterial ferroviaria de Sevilla,
incluyendo la construcción de la estación de Sevilla-Santa Justa.
La línea contó con un pequeño ramal a la isla de La Cartuja para
permitir el ingreso de trenes al recinto de la Expo92. Cerrado
tras la muestra, fue rehabilitado para el paso de trenes de
cercanías en ancho ibérico.
También se puso en marcha un monorraíl que tras la Expo cesó su
uso. Hubo propuestas para que sirviera de conexión entre Santa
Justa y el aeropuerto de San Pablo, un proyecto que costaría
unos 7,5 millones de euros, pero ese proyecto no siguió adelante.
En el periodo comprendido entre el 20 de abril y el 12 de
octubre, un total de siete millones de viajeros utilizaron el
ferrocarril desde, hacia o en Sevilla a través de los servicios
regulares de AVE, Largo Recorrido, Regionales y Cercanías. La
terminal de la Expo, situada en la Isla de La Cartuja, acogió
más de dos millones de viajeros procedentes de trenes de
cercanías y alta velocidad.
Al finalizar la Exposición Universal se estableció una nueva
política comercial precio/producto para el Ave con una oferta
con más plazas, mayores horarios y reducción del tiempo de viaje.
La Expo sirvió para dar a conocer el producto AVE que a partir
de entonces se convirtió en un caso de éxito.