Japón fue el primer país que implantó una 
				línea de alta velocidad. La celebración de los Juegos Olímpicos 
				en 1964 se aprovechó para poner en funcionamiento el servicio 
				“Shinkansen” comenzó en Japón en 1964. La nueva línea, de 515 
				km., se construyó entre Tokio y Osaka y los trenes circulaban a 
				una velocidad máxima de 210 Km/h. Hoy, las velocidades por 
				encima de los trescientos son habituales.
				
				Esta línea fue construida para proporcionar un nuevo sistema de 
				transporte necesario para el crecimiento impresionantemente 
				rápido de economía japonesa. La dirección de JNR (Ferrocarriles 
				Nacionales de Japón) promovió no solo el concepto de una nueva 
				línea, sino un nuevo sistema de transporte, llamado a 
				convertirse más tarde en la columna vertebral del transporte de 
				pasajeros pues actualmente lo usan más de 350 millones de 
				pasajeros al año.
				
				Desde 1964 la red no ha cesado de crecer hasta sumar más de 
				3.000 kilómetros y convertirse en un elemento indispensable para 
				la movilidad del país. Desde el punto de vista de organización, 
				una autoridad estatal, dependiente del Ministerio de Transportes, 
				se encarga de la construcción de las líneas, que posteriormente 
				son explotadas por las diferentes compañías privadas en que se 
				dividió el ferrocarril nacional en la privatización de 1987. 
				Llas redes que actualmente explotan los sistemas Shinkansen son 
				“Central Japan Rail” (CJR), “East” (EJR), “West” (WJR) y 
				“Kyushu” (KJR). Y en 2016 se abrió una nueva línea que une las 
				islas japonesas de Honshu y Hokkaido, a través del túnel de 
				Seikan, llamada Hokkaido Shinkansen.
				
				Desde el punto de vista técnico, la característica principal de 
				la alta velocidad en Japón es su independencia del sistema 
				tradicional de ferrocarril, que emplea vía métrica. Los trenes 
				Shinkansen emplean vía de ancho estándar (1.435 mm) y gálibo 
				ancho, lo que les permite ofrecer una gran capacidad de 
				transporte y circulan, dependiendo de la línea, a velocidades 
				máximas de entre 260 y 300 km/h. Todas las líneas se encuentran 
				electrificadas a 25 kV en corriente alterna y los sistemas de 
				señalización empleados son el “ATC” y su versión más moderna, el 
				“ATC Digital”.
				
				El material rodante que se utiliza en los servicios Shinkansen 
				es el resultado de una experimentación y un diseño propio de las 
				compañías operadoras. La fabricación a cargo de la industria 
				japonesa es objeto de una gran competencia. Existe una gran 
				variedad de material rodante, en función de los distintos tipos 
				de línea a explotar y de los servicios a realizar. Desde el 
				punto de la explotación, la alta velocidad en Japón se 
				caracteriza por una enorme densidad de tráfico, tanto en número 
				de trenes como de viajeros transportados (más de 350 millones 
				por año) y por operar con distintos tipos de trenes, directos y 
				con paradas.
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