Acrónimo (Alta Velocidad Española) del nombre
de marca del nuevo servicio de trenes de alta velocidad de Renfe
para la línea de Madrid a Sevilla. El nombre se eligió en enero
de 1990. Hasta entonces al tren se le nombraba como TAV (Tren de
Alta Velocidad). El nombre y concepto de AVE fue obra de la
agencia española Número Uno Comunicación. El logotipo fue creado
por la agencia británica Addison, que también diseñó el morro de
nuevo tren.
El diseño novedoso también se aplicó a todo el material rodante,
que pertenece a la familia de los trenes franceses de alta
velocidad TGV. Fue rediseñado redondeando el morro, sin aristas
ni elementos que le den un aspecto agresivo, proporcionándole
aerodinamicidad.
Se trabajó para que los aspectos físicos y simbólicos estuvieran
íntimamente relacionados. Los estudios determinaron que era
conveniente mantener una cierta ambigüedad ente el tren y el
avión: circula por tierra, pero a tal velocidad que reduciría el
tiempo de traslado incluso en competencia con la vía aérea. El
nuevo concepto de alta velocidad ferroviaria integra conceptos y
servicios propios de los aviones y del mundo ferroviario.
La síntesis de todas estas connotaciones adquiere su máxima
expresión en el simbolismo del nombre. Tras barajar 100
denominaciones y consultar con futuros usuarios, Renfe e decanto
por un nombre que deja volar la imaginación. El logotipo y el
nombre buscaban diferenciarlo claramente de los otros servicios
de Renfe. También se eligió el blanco como base del tren por su
sencillez de mantenimiento, la imagen de nitidez, limpieza y
serenidad.
Las siglas AVE son fáciles de pronunciar y recordar, tiene
connotaciones ecológicas y conjuga ligereza con rapidez. El
logotipo conjuga las virtudes de la tipografía sobria, casi
técnica, como el tren, y el signo (alas y mancha amarilla),
evocación de suavidad e integración en el medio rural. Emilio
Arsuaga, director de Márquetin de Renfe en la época declaraba a
la revista Trenes Hoy en 1990 que la palabra AVE tiene “una
connotación de velocidad y otra emocional en el sentido
ecológico y de fantasía; despega psicológicamente al producto”.
En el proceso de creación y selección se descartaron otras
opciones de decoración exterior del tren denominadas como “poema
visual” o el diseño de “bola de fuego” [se encuentran en los
documentos adjuntos].
También se trabajó en crear una imagen distinta y diferenciada
para el personal ferroviario. Así se creó un vestuario, que iba
incluido en el diseño integral de la imagen del AVE, que debía
hacerse presente desde el momento en que el cliente decidía
utilizar los nuevos servicios. En esta aplicación de una imagen
corporativa propia se incluía tanto al personal a bordo como el
encargado de la atención al cliente también en las estaciones.
Documentación adicional: