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número 3. octubre 2015
Judith Fernandez Jánez
Una visión actualizada de la competencia entre el tren de alta velocidad y el avión
tren de alta velocidad nació en España emulando al avión y posicionado en el
segmento alto. La transformación de estos años, así como los cambios estructurales
de demanda provocados por la crisis, han cambiado el posicionamiento competitivo
del AVE, mientras que el avión, con la irrupción de las aerolíneas low cost, se ha
desdoblado en varios subsegmentos.
En este artículo se analizan tres aspectos relevantes de la nueva situación:
1) La evolución de la cuota de mercado del tren, que ha pasado a superar al autobús
y al avión, y que por tanto ya lidera desde 2013 el mercado de transporte colectivo
de larga distancia;
2) El reparto modal entre tren y avión en las rutas más importantes, y se comprueba,
a la vista de la evolución reciente del tráfico, que se han cumplido las previsiones de
análisis realizado en 2012 sobre el potencial de crecimiento del tráfico de tren.
3) Se actualiza la ecuación que permite estimar la evolución del tamaño del mercado
de transporte de larga distancia al cambiar el PIB, manteniendo la oferta de todos los
modos en concurrencia.
El tren ha pasado a liderar el transporte colectivo de larga distancia en
España
En lo que se refiere a las cuotas de mercado del tren y del avión, en los últimos años
ha habido cambios muy importantes en la posición relativa de ambos modos. El tren
ha pasado a encabezar el mercado colectivo de transporte de larga distancia en
España después de dos etapas de incremento: una, en 2008 debido a la entrada en
servicio de nuevas líneas de alta velocidad; y una segunda en 2013 -2014 debido a la
nueva oferta de Renfe.
Resulta complejo comparar en el largo plazo el tráfico de cada uno de los modos de
transporte colectivo, porque los datos que se publican se refieren al total de tráfico
nacional de larga distancia (incluyendo, por ejemplo, transportes a los territorios
nacionales extrapeninsulares). Además, muchas de las series están cortadas para más
de 10 o 15 años hacia atrás. Los datos publicados sí que permiten, sin embargo,
disponer de un orden de magnitud y sobre todo de la evolución relativa en el tiempo
de los diferentes modos.
Si nos situamos con datos globales en el segmento de larga distancia, podemos
observar -según datos del INE- que en el año 2000, contabilizando solo los modos de
trasporte colectivo, el avión era líder, con el 49,1% del mercado, le seguía el autobús
con el 28%, y finalmente el tren solo tenía el 22,9%. La evolución posterior muestra
que desde julio de 2008 (año móvil) el tren supera al autobús, y ha conseguido
superar al avión en noviembre de 2014. Al finalizar el año 2014 el avión tiene el
38,9% de este mercado, el tren lidera con el 39,6% y el autobús retiene el 21,4%. En
la figura 1 aparece la evolución del número de viajeros de larga distancia anuales en
cada modo de entre 2005 y 2014.
No es fácil averiguar –por las razones apuntadas- en qué año el autobús y el avión
superaron al tren, que desde el siglo XIX era líder en el transporte colectivo de larga
distancia en España. Puede estimarse que el avión en todas las rutas nacionales
superó al tren hacia 1990, cuando cada uno de los modos movió alrededor de 17,6
millones de viajeros; y el autobús hacia 1992, después de la puesta en marcha de
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