Page 89 - Revista Vía Libre Especial 25 Aniversario AVE
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furgón de cola





                                 álbum
               historia        histórico         a todo           libros            artes         mi cámara
                                                  tren

            historia

            El ferrocarril es velocidad






            Cuando «The Rocket», de George Stephen-           Mesoneros Romanos reflejaba en su Nuevo manual
                                                              de Madrid: ”Y sin embargo, la comodidad es tan ex-
            son, alcanzó los 56 km/h de velocidad en el       trema, que apenas se percibe el movimiento, y solo
            concurso de Rainhill, allá por el 27 de sep-      yendo al descubierto molesta algún tanto el viento
                                                              cuando da de cara, y la rapidez con que desaparecen
            tiembre de 1829, el ingeniero británico no        a la vista los objetos cercanos, por lo que es conve-
            sólo  convirtió  al  ferrocarril  en  el  medio  de   niente fijarla en la lontananza, o, por mejor decir, no
                                                              fijarla en ninguna parte”.
            transporte del siglo XIX, sino que también lo

            hizo el sinónimo de la velocidad.                      Tecnología
         T                                                    es que, durante esta primera etapa, la velocidad fue
                                                                    Desde un punto de vista tecnológico, lo cierto

                                                              aumentando según crecía al unísono el diámetro de
                                                              las ruedas motoras.
            Turner sería uno de los primeros artistas en ratificar
            esto último cuando en 1844, en su óleo Lluvia, vapor
                                                                    Tal como sostenía Ángel Maestro, uno de los
            y velocidad. El gran ferrocarril del Oeste, representa-
                                                              en 1837 la «Patentte», locomotora tipo 111 y dotada
            ba la velocidad como un fenómeno capaz, incluso, de   grandes historiadores de las locomotoras de vapor,
            hacer desaparecer la propia forma del tren, cuando   con una rueda motriz de 1.980 mm, fue capaz de re-
            éste, según el “velocímetro natural” que incorporaba,   molcar cuarenta toneladas a 95 km/h en un perfil de
            no podría superar los 70 km/h.                    cinco milésimas.
                  Nunca antes un objeto construido por un ser       Pearson, ingeniero jefe del Great Western, lo-
            humano se había movido tan rápido. Y nunca antes   gró en 1853 los 132 km/h, récord mundial hasta 1880,
            un récord sería dejado atrás en tan poco tiempo por-  con una locomotora 1111 y con una rueda motriz de
            que, en efecto, las compañías ferroviarias convirtie-  2.740 mm, la más grande construida jamás.
            ron la conquista de mayores velocidades en el símbo-    Según fueron llegando las innovaciones del
            lo de su capacidad de avance tecnológico.         resto de los componentes de la locomotora de vapor,
                  No obstante, esta carrera tuvo como requisito   la velocidad pasó a depender de un conjunto más va-
            irrenunciable mejorar los tiempos de circulación co-  riado de factores.
            mercial y la comodidad de los viajes tal como Ramón     Y ello no dejó de romper los límites en una

             La serie 103 ostenta el récord español
               de alta velocidad con 403,7 km/h.













           GONZALO RUBIO









                                                                             Vía Libre • Especial 25º aniversario AVE  89
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